«Nadie dejó de comprar cuando bajamos la entrega indiscriminada de bolsitas»

«Ningún cliente dejó de venir al supermercado porque decidimos reducir la entrega indiscriminada de bolsas en las cajas», asegura Enrique Fermanelli, titular de Eliquí, supermercado pionero en implementar una estrategia para disminuir la utilización de bolsitas plásticas para cargar las compras. Hace unos dos años, Fermanelli invitó a los clientes del local a sumarte «a una cruzada ecológica» y desde entonces en las cajas sólo se entregan dos bolsitas por compra. Y si bien el comerciante reconoce que al principio «varios protestaron», destaca que rápidamente se acostumbraron a la medida y, ahora, «hasta nos felicitan»

Eliquí es un histórico supermercado de la zona noroeste de la ciudad. En el límite de los barrios Rucci y Parquefield, se destaca por los colores brillantes que exhibe en su fachada, por el cartel donde se proclaman «orgullosamente rosarinos» y porque todos sus clientes llevan su propio «bolso de los mandados».

El comercio se adelantó a la medida que a partir del 1º de abril tomarán más de una centena de locales nucleados por la Cámara de Supermercados y la Asociación de Supermercadistas. Desde esa fecha, dejarán de entregar bolsas camiseta en las cajas de los locales, en consonancia con la ordenanza sancionada en octubre que regula el uso de estos envoltorios. Iniciativa que ya cosechó críticas del sector de la industria del plástico (ver aparte).

Para Fermanelli, reducir el número de bolsitas que se entregan en los súper «es una medida necesaria». No sólo por el daño que provocan en el medio ambiente que se hace patente cuando hay viento y vuelan plásticos por todas partes, sino también por una cuestión de costos. «Hace dos años entregábamos entre 100 y 120 mil bolsitas por mes. Ahora logramos bajar ese número a un tercio», explica.

Y repite que en poco tiempo, los clientes se acostumbraron al cambio. «Ya nadie viene a comprar sin su bolsa o si lo hacen nos piden una cajita chica y allí llevan la mercadería», explica.

Comprometidos. Mary Hernández lleva 11 años al frente de una de las cinco cajas del Eliquí. Recuerda que llevó un tiempo para que los clientes se acostumbraran a la nueva modalidad. «Algunos se quejaban, pero los explicábamos que era un beneficio para el ambiente y de a poco se fueron concientizando», dice convencida de que «sólo es cuestión de tiempo».

Es mediodía y a las cajas del súper llegan los changuitos cargados de la compra del día. Chachi Pagnucco saca también dos bolsas de los mandados donde acomoda los productos que acaba de comprar. «La gente tiene que tomar más conciencia sobre el cuidado del ambiente», asegura y destaca que medidas como la que en breve tomarán los supermercados rosarinos «ayudan mucho».

Chachi lleva más de tres décadas en Parquefield, un barrio donde la mayoría de los vecinos se comporta de modo responsable con los residuos que generan.

Medio ambiente. Por las caprichosas cuadras de este barrio del noroeste de la ciudad, todos los viernes pasa un camión que sólo retira los desechos reciclables, papel, cartón, envases plásticos. Y los sábados otros vehículos se encargan de retirar los residuos verdes producidos por la poda y arreglo de jardines.

«El 99 por ciento de los vecinos separa los residuos y respeta los días que pasa el camión», señala la mujer, una maestra jubilada muy segura de que en sus años al frente de «algo sembramos» en sus años al frente de una escuela.

Roxana Bella dice que piensa en sus hijos cada vez que carga las bolsas reutilizables y encara el supermercado. «Es por ellos, para dejarles un mejor futuro», apunta y apura los pasos antes de que cierre el súper.

 

Autor: casar

Compartir en